viernes, 24 de noviembre de 2023

Entre los dos hemos creado un mundo


 

Entre los dos hemos creado un mundo

ajeno y silencioso al quehacer de los días.

Y sabes de la luz y sabes de la sombra,

de este océano profundo y oscuro,

en el que tu cuerpo y el mío habitan una isla.

Dirás del tiempo, su zozobra de muerte.

Dirás de la distancia que abre surcos,

que quiebra y canta en la noche su canción triste.

Pero sabes que es igual,

pues todo lo que hables será del viento,

y tu boca, y tu piel, anhelantes,

seguirán buscándome

nada más que se cierren tus ojos.


f.


viernes, 17 de noviembre de 2023

Sabes que la vida se esfuerza

 





Sabes que la vida se esfuerza

en que respiremos trece veces por minuto,

pero tu cuerpo y el mío

piden encender la noche deshaciendo nudos.



Te nombro despacio: eres mi sed.

Calcino cada instante como si fuera incienso.

Domino el silencio y te respiro.

Hay un aroma en tu piel

que guarda el de las noches de verano.



Quiero deshacerte,

derretir tu voz en gutural queja,

que enhebres tus piernas a las mías

y aprietes fuerte, sin final,

para que entrando en ti

seas una vez más la razón de la luz.


f.



viernes, 10 de noviembre de 2023

Dónde está la medida de las cosas







Dónde está la medida de las cosas,

el color del instante, los dos golpes en el pecho,

el boom, boom del corazón,

el laberinto de luciérnagas entre los muslos,

las hormigas que recorren la sangre,

las lágrimas con toda la dulzura del océano,

la luz sin voz pero ardiente,

el quejido del árbol,

el viento...sí, el viento,

el sabor de tu piel,

el calor habitado por tu mirada,

el roce,

lento roce de tus dedos en mi boca,

nuestro silencio,

la respiración, los pájaros…



f.



viernes, 3 de noviembre de 2023

¿Qué simetría guarda un deseo...

 





¿Qué simetría guarda un deseo con el de otro,

cuando la noche se hace de las manos del mundo

e incesante teje todas las conjugaciones de los verbos?

¿Qué surge en el quehacer animal, cuando respiras la savia,

el flujo de la lluvia, o bailas la danza que indomable nos habita

y la boca arde entre las anillas golosas de las ingles,

y los labios buscan beber el sudor de las axilas,

desarmando el escalofrío de los brazos?

Cuando se da esta unión, un cuerpo se calcina con otro.

Nunca la sed tuvo más septiembres,

ni el hambre cruzó tantos estrechos

sin fuerzas por los últimos días de verano,

los que empapan de aceite y de miel el vuelo de los pájaros.

Solo nos quedan

los símbolos derramados de la verdad

en medio de un oscuro amanecer.


F.