Entro en ti desde lo oscuro,
la senda impenetrable donde tu corazón rebosa.
Alargo mis pasos,
percibes mis huellas de pájaro sobre tu pecho.
Canto el salmo que estremece tu piel
y te derrites dándome la esencia
que mana en la herida abierta de tu sexo.
Cada instante nuestro es una aventura.
Tú me hablas de tu vida de ángel,
yo prometo ser luz cuando te toco…
así ardes, te quemo,
mientras te elevo a la categoría suprema de diosa.
f.
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