Ebria de ti, desata mi lengua un diccionario.
Sílaba a sílaba en su cadencia
derrama de tu cuerpo los puntos cardinales,
la senda precisa de tu orografía:
el dulce quiebro, la tibia arena,
la médula, el tuétano,
la piel humedecida por la lluvia,
cada monte prendido a mi palabra,
campo de trigo, de avena o de cebada,
un río, sus puentes, la herida,
un enjambre de abejas,
un bosque de coníferas,
la umbría de tu risa,
las flores fragantes que te envuelven,
el perfil cristalino de tus ojos,
la aurora nevada de silencios
que a veces se adueñan de tu boca,
un ir y venir de pájaros en tus dedos,
un templo sostenido por columnas,
cada suspiro, cada gemido,
cada aliento dormido...
tiene una voz, una página,
un símbolo, un significado áureo
en este libro mío imaginado.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario