Morirás en mi boca
dándome la luz y el fulgor del fuego...
el fuego que quema, en el que ardemos:
sílabas de sal y lumbre de sarmiento,
un instante de vida
sostenido con hilos de plata de tu cuerpo.
Luego vendrá la sombra,
vendrá la oscuridad...
pero mientras tanto
la boca estará derramada de miel,
de la otra saliva, de la de verdad.
f.