Sostengo esta cuerda pretérita,
tensa, como si solo tú y yo
supiéramos del tiempo.
Unas muescas en tu piel, mi paso,
las amapolas giran entre tus pechos,
se hacen simiente roja
que hablará de nosotros
y del sendero de luz
en el que tantas veces
me he dejado morir.
f.
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