Anidas rincones donde perderme.
Entre tus lamentos se cruzan los pájaros
y te sientes desnuda cuando te acaricio.
Hay un relámpago y su herrumbre es savia de los bosques.
Ardes y en el estremecimiento de tu espalda
mis dedos se hacen dueños de tus vértebras.
Ahondo y tu silencio se rebosa en mis palabras.
f.
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