Si me dejas
mis yemas serán osadas,
mi boca dejará que mi lengua
arda contigo humedeciendo tu piel.
Te abriré al sándalo
y al aroma de la canela.
Hay un pliego de sensaciones
que resguardo en tu regazo,
se agolpa en el bombeo de tu sangre…
y me nombra,
y me señala los caminos
por donde debo perderme.
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