martes, 7 de diciembre de 2021

Cada vez

 




Cada vez que me pronuncias arde una nube,
un deshilachado río de lluvia
se precipita en rojo carmesí hacia tu cuerpo
y te agobia en el sendero de un deseo insatisfecho.
Cada vez que te nombro se quiebra el aire
y un océano de azules olvidos
me trae cien mil veces tu nombre,
agazapado, ensangrentado, siendo mi piel.
Un aullido interminable.




f.





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