un deshilachado río de lluvia
se precipita en rojo carmesí hacia tu cuerpo
y te agobia en el sendero de un deseo insatisfecho.
Cada vez que te nombro se quiebra el aire
y un océano de azules olvidos
me trae cien mil veces tu nombre,
agazapado, ensangrentado, siendo mi piel.
Un aullido interminable.
f.
No hay comentarios:
Publicar un comentario