Morir en la palabra como lo hace la noche en el canto del mirlo...ahora que no somos nada, dos preguntas que se buscan entregadas a las mareas, dos voces que no reconocen el impulso del océano...ahora que todo lo que tenemos es el aroma que dejaron ciertas sílabas en la carne estremecida y el fragor de una batalla entre un ovillo de sábanas y gemidos.
f.
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