Hay un quehacer de lumbre en mis palabras...
verbos que traen la zambra, la humedad,
el laborioso andar del fuego por tu tierra.
No te pierdes en ellas,
ellas saben dirimir el sentido de las voces interiores
y se derraman en ti desde tu boca al fragor incontenible de tu abismo...
calan y muestran a tus ojos las sendas de surcos que dibujan en tu piel,
en tus sueños, en tu imaginación...
roba el fruto, la esencia, bebe de la pulpa su infinito.
F.
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